¿Y si la próxima estrella de Hollywood no existiera?

¿Y si la próxima estrella de Hollywood no existiera?

Hace unos días, Agatha Ruiz de la Prada sorprendió en La Revuelta al admitir que uno de sus desfiles fue generado por inteligencia artificial en apenas un minuto. Lo dijo sin rodeos. Para ella, la IA no es solo una herramienta, sino el futuro del diseño, capaz incluso de convertirse en “el mejor diseñador del mundo”.

Su afirmación abrió el debate sobre la sustitución de la creatividad humana por la inteligencia artificial. Pero más allá del debate mediático, hay una verdad que puede ser incómoda para muchos, la inteligencia artificial ya forma parte del proceso creativo, y negarlo no va a detener su avance. La diferencia la marcarán quienes aprendan a utilizarla a su favor, incluso en el sector cultural.

Hace unos días, Agatha Ruiz de la Prada sorprendió en La Revuelta al admitir que uno de sus desfiles fue generado por inteligencia artificial en apenas un minuto. Lo dijo sin rodeos. Para ella, la IA no es solo una herramienta, sino el futuro del diseño, capaz incluso de convertirse en “el mejor diseñador del mundo”.

Su afirmación abrió el debate sobre la sustitución de la creatividad humana por la inteligencia artificial. Pero más allá del debate mediático, hay una verdad que puede ser incómoda para muchos, la inteligencia artificial ya forma parte del proceso creativo, y negarlo no va a detener su avance. La diferencia la marcarán quienes aprendan a utilizarla a su favor, incluso en el sector cultural.

Y si eso ocurre en la moda, ¿Qué impide que pase en el cine?

Hollywood acaba de descubrirlo con Tilly Norwood, una actriz completamente creada por inteligencia artificial que ha desatado una tormenta de opiniones en la industria.

Tilly Norwood en Instagram

Tilly nació en los laboratorios de Particle6 una productora británica que experimenta con herramientas generativas, bajo la dirección de la actriz y comediante holandesa Eline Van der Velden. Su creadora la presentó en el Festival de Cine de Zúrich como una intérprete “digitalmente realista”, capaz de protagonizar películas, dar entrevistas y mantener presencia en redes sociales. Además, defiende que esta iniciativa no busca reemplazar a nadie. Tilly tiene biografía, voz, rostro y hasta agencia de representación.

Y si eso ocurre en la moda, ¿Qué impide que pase en el cine?

Hollywood acaba de descubrirlo con Tilly Norwood, una actriz completamente creada por inteligencia artificial que ha desatado una tormenta de opiniones en la industria.

Tilly Norwood en Instagram

Tilly nació en los laboratorios de Particle6 una productora británica que experimenta con herramientas generativas, bajo la dirección de la actriz y comediante holandesa Eline Van der Velden. Su creadora la presentó en el Festival de Cine de Zúrich como una intérprete “digitalmente realista”, capaz de protagonizar películas, dar entrevistas y mantener presencia en redes sociales. Además, defiende que esta iniciativa no busca reemplazar a nadie. Tilly tiene biografía, voz, rostro y hasta agencia de representación.

¿Qué supone trabajar con IA?

La propuesta parecía un experimento, pero pronto se convirtió en realidad. Varias agencias de talentos mostraron interés en ficharla, y las productoras comenzaron a valorar el posible ahorro que supondría trabajar con figuras generadas por IA. Sin contratos, sin descansos, sin sueldos millonarios.

El sindicato de actores SAG-AFTRA reaccionó con contundencia, advirtiendo que la creatividad debe seguir siendo un acto humano. Actrices como Emily Blunt o Whoopi Goldberg se pronunciaron públicamente, calificando el proyecto de “peligroso” y “deshumanizante” afirmando que si una inteligencia artificial puede interpretar, ¿Qué lugar queda para los actores de carne y hueso?

Debate ético sobre la inteligencia artificial

Más allá del conflicto laboral, hay un dilema ético y artístico. ¿Con qué materiales se entrena a una actriz digital? 

Muchos temen que se estén utilizando sin permiso las expresiones, gestos o voces de intérpretes reales, alimentando a la IA con talento humano sin reconocimiento ni compensación. Otros críticos aseguran que, aunque la imagen de Tilly impresione, su actuación carece de emoción auténtica, ese matiz que solo puede surgir de una experiencia vivida.

Y sin embargo, hay quienes defienden el experimento. Algunos creadores ven en Tilly una oportunidad para repensar los límites del arte, explorar nuevas formas narrativas y liberar la imaginación de las restricciones físicas. Argumentan que la IA no reemplazará a los artistas, sino que los obligará a evolucionar. Puede que el futuro del cine combine intérpretes humanos y digitales, mezclando talento orgánico y precisión algorítmica.

¿Qué supone trabajar con IA?

La propuesta parecía un experimento, pero pronto se convirtió en realidad. Varias agencias de talentos mostraron interés en ficharla, y las productoras comenzaron a valorar el posible ahorro que supondría trabajar con figuras generadas por IA. Sin contratos, sin descansos, sin sueldos millonarios.

El sindicato de actores SAG-AFTRA reaccionó con contundencia, advirtiendo que la creatividad debe seguir siendo un acto humano. Actrices como Emily Blunt o Whoopi Goldberg se pronunciaron públicamente, calificando el proyecto de “peligroso” y “deshumanizante” afirmando que si una inteligencia artificial puede interpretar, ¿Qué lugar queda para los actores de carne y hueso?

Debate ético sobre la inteligencia artificial

Más allá del conflicto laboral, hay un dilema ético y artístico. ¿Con qué materiales se entrena a una actriz digital? 

Muchos temen que se estén utilizando sin permiso las expresiones, gestos o voces de intérpretes reales, alimentando a la IA con talento humano sin reconocimiento ni compensación. Otros críticos aseguran que, aunque la imagen de Tilly impresione, su actuación carece de emoción auténtica, ese matiz que solo puede surgir de una experiencia vivida.

Y sin embargo, hay quienes defienden el experimento. Algunos creadores ven en Tilly una oportunidad para repensar los límites del arte, explorar nuevas formas narrativas y liberar la imaginación de las restricciones físicas. Argumentan que la IA no reemplazará a los artistas, sino que los obligará a evolucionar. Puede que el futuro del cine combine intérpretes humanos y digitales, mezclando talento orgánico y precisión algorítmica.

Tilly Norwood nos obliga a preguntarnos qué valor le damos a la imperfección, a la fragilidad, a lo que no puede reproducirse.

Tal vez la emoción siga siendo el último bastión humano frente a la inteligencia artificial. La emoción humana no es solo una reacción. Es el resultado de experiencias, heridas, recuerdos y contradicciones. Es lo que hace que una mirada conmueva, que una escena nos haga llorar o que una canción nos devuelva un instante de nuestra vida. Esa imperfección, ese temblor que no se programa, es precisamente lo que nos hace humanos.

Así como Agatha Ruiz de la Prada confesó que la IA ya diseña pasarelas, Hollywood ahora se enfrenta a una nueva realidad que está más cerca de lo que pensamos, Las estrellas ya no nacen, se programan.

Y tú, ¿te emocionarías igual si supieras que tu actriz favorita no existe?

Tilly Norwood nos obliga a preguntarnos qué valor le damos a la imperfección, a la fragilidad, a lo que no puede reproducirse.

Tal vez la emoción siga siendo el último bastión humano frente a la inteligencia artificial. La emoción humana no es solo una reacción. Es el resultado de experiencias, heridas, recuerdos y contradicciones. Es lo que hace que una mirada conmueva, que una escena nos haga llorar o que una canción nos devuelva un instante de nuestra vida. Esa imperfección, ese temblor que no se programa, es precisamente lo que nos hace humanos.

Así como Agatha Ruiz de la Prada confesó que la IA ya diseña pasarelas, Hollywood ahora se enfrenta a una nueva realidad que está más cerca de lo que pensamos, Las estrellas ya no nacen, se programan.

Y tú, ¿te emocionarías igual si supieras que tu actriz favorita no existe?