Albania se convirtió en septiembre de 2025 en el primer país del mundo en incluir a una inteligencia artificial dentro de su gabinete ministerial. La protagonista es Diella, que significa “sol” en albanés. Se trata de un agente digital que hasta hace unos meses funcionaba como asistente virtual en el portal de servicios estatales de Albania, y que ahora ocupa el cargo de Ministra de Estado para la Inteligencia Artificial.
Albania se convirtió en septiembre de 2025 en el primer país del mundo en incluir a una inteligencia artificial dentro de su gabinete ministerial. La protagonista es Diella, que significa “sol” en albanés. Se trata de un agente digital que hasta hace unos meses funcionaba como asistente virtual en el portal de servicios estatales de Albania, y que ahora ocupa el cargo de Ministra de Estado para la Inteligencia Artificial.
Diella, fue presentada en el parlamento por el primer ministro Edi Rama como la herramienta clave en la lucha contra la corrupción. Durante décadas este ha sido un problema que ha ido arrastrando la administración del país. El año pasado, el país se ubicó en el puesto 80 de 180 en el índice de corrupción de Transparencia Internacional, el cual mide la percepción de corrupción en el sector público.
En su presentación oficial Diella apareció proyectada en pantallas y pronunció su primer discurso. Con la imagen de una mujer vestida con traje tradicional, la IA aseguró: “No estoy aquí para sustituir a las personas, sino para asistirlas. No tengo ciudadanía, ni ambiciones ni intereses personales. Solo datos, algoritmos y la misión de servir de forma imparcial, transparente e incansable”.
Diella, fue presentada en el parlamento por el primer ministro Edi Rama como la herramienta clave en la lucha contra la corrupción. Durante décadas este ha sido un problema que ha ido arrastrando la administración del país. El año pasado, el país se ubicó en el puesto 80 de 180 en el índice de corrupción de Transparencia Internacional, el cual mide la percepción de corrupción en el sector público.
En su presentación oficial Diella apareció proyectada en pantallas y pronunció su primer discurso. Con la imagen de una mujer vestida con traje tradicional, la IA aseguró: “No estoy aquí para sustituir a las personas, sino para asistirlas. No tengo ciudadanía, ni ambiciones ni intereses personales. Solo datos, algoritmos y la misión de servir de forma imparcial, transparente e incansable”.
Diella insistió en que carece de ciudadanía e intereses propios y por tanto, esto la convierte en una herramienta imparcial para garantizar la transparencia en un país que ha sido afectado históricamente por la corrupción. Su labor se centrará en supervisar contratos públicos, digitalizar expedientes y garantizar la claridad y accesibilidad en la gestión de documentos. El Gobierno afirma que la ausencia de intereses políticos convierte a Diella en un mecanismo incorruptible frente a las prácticas clientelistas que han dañado la confianza ciudadana.
Pero el nombramiento de esta IA no se limita a reforzar la transparencia en los procesos de contratación pública.
Para convertirse en miembro definitivo de la Unión Europea, el Gobierno albanés tiene que responder a las reformas exigidas en materia de control y buen gobierno, condiciones imprescindibles para avanzar en el camino hacia la adhesión prevista para 2030.
El proceso de integración de Albania en la Unión Europea ha sido largo. Tras ser reconocida su vocación europea en la Cumbre de Salónica de 2003, presentó formalmente su solicitud en 2009 y en 2014 obtuvo el estatus de candidato. Sin embargo la UE condicionó su avance a reformas profundas en el sistema judicial, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del estado de derecho. Así, no fue hasta 2020, que el Consejo Europeo aprobó la apertura de negociaciones, que comenzaron en 2022, marcando un paso clave hacia la adhesión.
Diella insistió en que carece de ciudadanía e intereses propios y por tanto, esto la convierte en una herramienta imparcial para garantizar la transparencia en un país que ha sido afectado históricamente por la corrupción. Su labor se centrará en supervisar contratos públicos, digitalizar expedientes y garantizar la claridad y accesibilidad en la gestión de documentos. El Gobierno afirma que la ausencia de intereses políticos convierte a Diella en un mecanismo incorruptible frente a las prácticas clientelistas que han dañado la confianza ciudadana.
Pero el nombramiento de esta IA no se limita a reforzar la transparencia en los procesos de contratación pública.
Para convertirse en miembro definitivo de la Unión Europea, el Gobierno albanés tiene que responder a las reformas exigidas en materia de control y buen gobierno, condiciones imprescindibles para avanzar en el camino hacia la adhesión prevista para 2030.
El proceso de integración de Albania en la Unión Europea ha sido largo. Tras ser reconocida su vocación europea en la Cumbre de Salónica de 2003, presentó formalmente su solicitud en 2009 y en 2014 obtuvo el estatus de candidato. Sin embargo la UE condicionó su avance a reformas profundas en el sistema judicial, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del estado de derecho. Así, no fue hasta 2020, que el Consejo Europeo aprobó la apertura de negociaciones, que comenzaron en 2022, marcando un paso clave hacia la adhesión.
En enero de 2025, el Ejecutivo presentó a Diella como un asistente virtual dentro de la plataforma estatal e-Albania, para facilitar trámites administrativos y dar soporte a los ciudadanos en la obtención de documentos y servicios públicos.
Con el paso de los meses, esta herramienta fue ganando protagonismo al incorporar voz, avatar y conexión directa con bases de datos estatales, lo que le permitió evolucionar más allá de un simple asistente digital.
En enero de 2025, el Ejecutivo presentó a Diella como un asistente virtual dentro de la plataforma estatal e-Albania, para facilitar trámites administrativos y dar soporte a los ciudadanos en la obtención de documentos y servicios públicos.
Con el paso de los meses, esta herramienta fue ganando protagonismo al incorporar voz, avatar y conexión directa con bases de datos estatales, lo que le permitió evolucionar más allá de un simple asistente digital.
El nombramiento de Diella no ha estado exento de controversias. Diversos sectores políticos y sociales en Albania han cuestionado la legitimidad de otorgar un cargo ministerial a una inteligencia artificial, señalando que no tiene responsabilidad democrática ni mecanismos claros de rendición de cuentas.
Algunos expertos en derecho advierten que una IA no puede asumir obligaciones legales ni responder ante los ciudadanos como lo haría un funcionario humano. Además asegura que las herramientas de IA pueden ser víctimas de ciberataques, algo que también podría ocasionar problemas con la información que gestiona.
Parte de la oposición lo califica de maniobra propagandística más que de una solución real contra la corrupción. Incluso en el propio Parlamento, la presentación de Diella provocó tensiones y protestas, reflejo de un debate abierto entre quienes ven en ella un avance tecnológico y quienes temen una peligrosa cesión de poder a los algoritmos.
¿Estamos ante un avance histórico hacia una gobernanza más confiable? ¿O abrimos un debate delicado sobre el papel de las IA en la democracia?
El nombramiento de Diella no ha estado exento de controversias. Diversos sectores políticos y sociales en Albania han cuestionado la legitimidad de otorgar un cargo ministerial a una inteligencia artificial, señalando que no tiene responsabilidad democrática ni mecanismos claros de rendición de cuentas.
Algunos expertos en derecho advierten que una IA no puede asumir obligaciones legales ni responder ante los ciudadanos como lo haría un funcionario humano. Además asegura que las herramientas de IA pueden ser víctimas de ciberataques, algo que también podría ocasionar problemas con la información que gestiona.
Parte de la oposición lo califica de maniobra propagandística más que de una solución real contra la corrupción. Incluso en el propio Parlamento, la presentación de Diella provocó tensiones y protestas, reflejo de un debate abierto entre quienes ven en ella un avance tecnológico y quienes temen una peligrosa cesión de poder a los algoritmos.
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